Aunque es cierto que no es obligatorio tener un abogado, usted tiene derecho a representación profesional en sus tratos con la Administración del Seguro Social (SSA).
Buscar o no tal ayuda es una decisión personal y depende de sus circunstancias individuales. Pero las estadísticas han demostrado que tener un abogado de incapacidad aumenta sus posibilidades de obtener el Seguro de Incapacidad del Seguro Social (SSDI) o la Seguridad de Ingreso Suplementario (SSI), los dos programas administrados por la SSA que pagan beneficios a las personas con discapacidades.
Un abogado de incapacidad puede completar la solicitud de SSDI o SSI en su nombre y ayudar a recopilar registros médicos y otras pruebas para su reclamo. Pueden revisar su solicitud en busca de errores u omisiones que podrían perjudicar sus posibilidades de éxito y pueden acompañarlo a reuniones o conferencias con funcionarios del Seguro Social. La SSA trabajará directamente con su representante y le brindará acceso a la información de su archivo de Seguro Social.
Tener un abogado o defensor puede ser especialmente importante si no está de acuerdo con la decisión inicial del Seguro Social sobre su reclamo y presenta una apelación.
Su abogado puede prepararlo a usted y a cualquier testigo para testificar en una audiencia ante un juez de derecho administrativo, el segundo nivel en el proceso de apelación, y puede interrogar a los testigos expertos que presenta el Seguro Social. Estudios previos realizados por la Oficina de Responsabilidad del Gobierno federal encontró que las personas que están representadas en las audiencias de discapacidad tienen casi tres veces más probabilidades de tener éxito.